lunes, 28 de febrero de 2011

Marfil.

Y ahi estaban, tres elefantes y un esqueleto de algún animal que ya no estaba aquí. Me había recorrido medio mundo para ver esto. Mientras, mi padre disfrutuba. Mi padre, me dijo hacía ya tres meses:
-Marina, ven, tengo una noticia que darte.
-¿El que, papá?
- Nos vamos a África. Quince días. ¿Qué te parece?
Mi primera sensación en ese momento fue extraña, no sabía porque me entraron ganas, de repente, de venir a África. Ahora ya lo sé.
Venía a ver sus mercancias, marfil. No me lo podia creer. Yo no queria venir, me engañó con la idea supuestamente, car´ñosa de tirar las cenizas de mi madre.
Ahora, volviendo al presente, vi como mi padre discutía con un señor de piel negra, bien vestido y presentable.
Me suponía que era el dueño de los elefantes.
Lo que no me esperaba es que al viajar conmigo me respondiese así a mi pregunta
-Papá¿En serio vas a traficar con esos colmillos?
- Marina, ¿tú crees que soy tonto?
Traficaremos con pieles de serpientes, caimanes...
Ya no quise escuchar más.
Iría a la policías, per no me podía imaginar que pasaría esto:
-Hola, muy buenas,¿En que la podríamos ayudar?
Hola, creo que un señor va a traficar con pieles, marfil...
-¿Y?
-¿Como que y?
-Nosotros no podemos hacer nada.
Se me rompio el corazón, un policia corrupto, lo que faltaba.
Tambien pensé en otra posibilidad, que me gusto más, llamar a los ecologistas.
Mis planes dieron sus frutos, aunque mi padre se quedó sin dinero, preferia la felicidad de los animales, antes que la mía propia

No hay comentarios:

Publicar un comentario